Vulnerable no el sinónimo de inseguro: es el antónimo.
Una vez interiorices esta verdad, jugarás más agresivo y conseguirás más cosas en menos tiempo.
Reformula tu relación con los nervios. Los nervios son energía acumulada. Puedes pensar que estás nervioso porque algo saldrá mal o puedes pensar que estás nervioso porque algo saldrá bien. Utiliza esa energía para ir hacia adelante (acción) y no para ir hacia atrás (parálisis).
Si metes la cabeza en el caparazón y te proteges, nunca desarrollarás tu personalidad.
Tienes tu verdadero yo reprimido por tanto condicionamiento, por el miedo al qué dirán y porque te dijeron que lo más importante en la vida era quedar bien.
Esta no es una invitación a la algarabía, pero sí a un llamado de atención: desinhíbete.
Por eso eres tan de pinga con un par de traguitos encima.
La idea, no obstante, es que vayas hacia arriba (expansión de los sentidos) y no hacia abajo (pérdida de los sentidos). La idea es que no la embarres a partir del tercero.
Puedes estar happy o prendido en el día a día si poco a poco comienzas a actuar en la dirección contraria a la que te indica el miedo. Si él te dice a la izquierda, tú vas a la derecha.
Deja que la realidad te demuestre que estabas equivocado.
La vulnerabilidad es atractiva.
No intentes ser perfecto.