¿Cómo hacer para tener constancia?

¿Cómo hacer para tener constancia?

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¿Cómo desarrollar la constancia?

La constancia es fundamental para cumplir cualquier meta.

Ahora, ¿qué pasa cuando perdemos la motivación?

Expertos en consecución de objetivos y desarrollo del potencial humano afirman que el secreto está en enfocarte en quién quieres SER, no en qué tienes que HACER, ni en qué quieres TENER.

SER-HACER-TENER, en ese orden.

Una vez diseñes un estilo de vida que contenga relación con tu meta más profunda, eventualmente llegarás adonde quieres llegar.

Enfócate en el proceso. Olvídate de los resultados.

Recuerda:

El propósito no es conseguir la meta.

El propósito es en quién te convertirás durante la búsqueda de esa meta.

¿Qué se necesita para ser constante?

El secreto es este: el cansancio es más mental que físico.

Pensar que viene otro lunes aburrido te quita energía, aun cuando hayas dormido nueve horas.

Saber que llegó el día en que te irás de viaje te excita y por eso te paras fresquito, sin importar las escasas dos horas de sueño.

La tarea que nos corresponde, entonces, es configurar una realidad que nos emocione.

¿Qué haría que tu vida te motivase?

¿Quién quieres ser?

¿Por qué no soy constante con mis objetivos?

James Clear dice en Atomic Habits que cada acción que realizas es un voto para la persona que quieres ser.

Entonces, cuando vayas a dejar de ser constante, pregúntate: “¿esto lo haría la persona en la que me quiero convertir?”.

Lo mismo pasa para la toma de decisiones: ¿qué haría tu modelo a seguir en ese momento?

En general, para formar un hábito y ser constante:

1- Hazlo obvio (pon el libro en la almohada antes de salir de la casa).

2- Hazlo atractivo (cómete un chocolate después de leer o en plena lectura).

3- Hazlo fácil (lee solo una página diaria al principio).

4- Hazlo satisfactorio (tacha en tu cuadernito para indicar que ya leíste ese día).

Lo mismo para cualquier hábito. Si en vez de crear uno quieres destruir uno, pon el antónimo en cada paso: hazlo difícil, poco atractivo, etcétera.

Por ejemplo: si no tienes chucherías en la casa, no comerás. Si gastas tu plata en otras cosas, no comprarás alcohol. Y así.

¿Cuál es la importancia de ser constante?

Pablo Picasso dijo algo así como que la inspiración siempre lo encontraba pintando.

Si bien vanagloriarse por la cantidad de horas que uno trabaja es una soberana estupidez, Pablo tenía razón en algo: si queremos crear algo importante, hay que acomodar la silla, coger las herramientas y atacar la agenda del día.

Lo que proponía el pintor no tiene nada que ver con la cultura del trasnocho, las ojeras y el café, esa herencia dañina de las universidades, pero sí se acerca al cliché del mundo fitness: aunque llueva, hay que ir al gimnasio.

En ese estar, en ese día tras día, en ese pase lo que pase, en esa constancia indoblegable, se encuentra la puerta de entrada al éxito.

El cuerpo pedirá descanso, y tú tendrás que dárselo. El cerebro solicitará un modo avión de vez en cuando, y tú deberás activarlo.

Al mismo tiempo, no obstante, te conviene desarrollar la mentalidad de un atleta de alto rendimiento, pegarte el NO EXCUSAS en la frente y ejecutar. Día tras día. Always. Forever.

Así como el que está full es el más organizado, quien está en movimiento es el que menos se cansa.

Los cinco minuticos extra en la mañana dan más sueño del que quitan. Los domingos en los que no haces nada te agotan. Los días en los que resuelves mil cosas te repotencian.

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