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La energía femenina y masculina en el cuerpo
Una de las razones por las que el hombre ha pasado los últimos milenios acumulando poder, dicen los que saben, se debe a una herida oculta y poco tratada.
Cuando el hombre descubrió la superioridad de la mujer en la cama, sus inseguridades salieron a flote.
En el acto sexual, el fin para él no era sino el comienzo para ella.
Él perdía su energía en minutos, mientras ella se renergizaba con cada segundo que pasaba.
Un hombre que tiene relaciones sexuales se duerme. Una mujer que hace el amor está más radiante y hermosa que nunca.
Ante esa frustración, el sexo masculino desarrolló mecanismos de compensación.
A la inseguridad interna había que maquillarla con fortaleza externa.
De ahí los comportamientos de macho cuatriboleado con pelos en el pecho.
De ahí el papel histórico de ambos sexos.
De ahí las guerras.
De ahí el maltrato, el control, la humillación y el anonimato a los que fue (y es) sometida la mujer.
Como no tengo poder en la cama, lo buscaré en la política, en la ciencia, en la religión y en cualquier otra área.
¿Cómo desarrollar la energía masculina?
Al igual que el tamaño del pene, cuánto pueda durar un hombre en el sexo es símbolo de fortaleza y masculinidad.
Por eso tantas mentiras, por eso los retardantes, por eso las pastillas.
Porque qué frustración que la fiesta acabe en las primeras dos canciones.
Si graficáramos la excitación masculina, tendríamos un cohete que sube a toda velocidad y luego cae en picada.
Si repitiésemos el mismo ejercicio en el lado femenino, tendríamos una mariposa que va en ascenso, sin apuro y sin bajada repentina.
Control de la eyaculación: Técnica taoísta
Si el hombre quiere un sexo más profundo, gratificante y duradero, debe olvidarse del cohete, borrar su obsesión por el fin (orgasmo) y enfocarse en el proceso.
Es la única forma de que pueda permanecer en el cielo más de siete segundos: que sea residente, y no un turista que aprecia el edén a lo lejos.
Para ello, puede practicar contraer los mismos músculos con los que aguanta las ganas de ir al baño y, al mismo tiempo, ignorar el cohete cada vez que esté desesperado por montarse.
Tras decirle que no unas cuantas veces, sentirá que está en control: ahora el orgasmo no pasará si él no quiere.
Como el mejor punto del sexo es justo antes de que termine, si tú aprendes cómo no acabar la duración y el placer serán mayores.
Por último: el semen es la energía vital masculina. De ahí viene la creatividad, el temple y la fuerza interior para afrontar la vida.
No la malgastes innecesariamente.
Si dejas de hacerte la paja tan seguido, verás cómo tus niveles de autoestima y energía aumentan exponencialmente.
Cuando vayas a masturbarte, practica no eyacular. Deja la energía dentro de ti. Enfócate en el proceso y cancela el fin.